Lourdes Flores es la culminación de una historia de caos y debilidad institucional

En la vida hay momentos en que debemos tomar distancia de la actualidad inmediata para visualizar nuestra realidad cotidiana en una perspectiva histórica. Para tal caso, nos permitimos echar mano a esa frase dolorosa “en qué momento se jodió el Perú” del escritor Mario Vargas Llosa. Con su extraordinaria sensibilidad, el aún joven Mario estampó esas palabras en Conversación en la Catedral, no precisamente en un paréntesis pesimista de la vida peruana, sino cuando las fuerzas del cambio, mensajeras de tiempos nuevos, despedían a la llamada República Oligárquica en los años sesenta del siglo XX...MAS AQUI


Una catástrofe llamada Garrido Lecca

Cuando se escriba la historia de las trapacerías de este régimen, se recordará muchas anécdotas, como las del ex ministro de Vivienda Hernán Garrido Lecca, quien le ha hecho un daño incalculable al desarrollo del agro. Y es que miles de inversionistas y productores agrarios –en especial de la región Lima- ven paralizados sus expedientes, o han dejado de invertir sólo porque un día se le ocurrió a Garrido Lecca incorporar el Proyecto Especial de Titulación de Tierras y Catastro Rural (Pett), del Ministerio de Agricultura, a la Comisión de Formalización de la Propiedad Informal (Cofopri).MAS AQUI

Chile es una de las naciones de Iberoamérica que más ha potenciado su turismo gracias a la variedad de sus paisajes, que van desde los desiertos más áridos como el de Atacama hasta los hielos más fuertes como los de su Patagonia sureña.
Octubre es el mes de los cristos en el Perú. Pero no nos referimos solamente al Señor de los Milagros, santo patrón de Lima, que desde hace doscientos años llena de morado las calles a su paso.
Perú - Inversiones Públicas ¿Se ejecutan al ritmo esperado o hay retrasos en su ejecución?

La conformación de los recientemente electos gobiernos regionales evidencia la crisis política que atraviesa el Perú.

Iván Vasquez, Presidente Regional de Loreto, promoverá fantástico proyecto

El reciente triunfo electoral de Iván Vásquez en las elecciones regionales de Loreto, que sólo requiere una confirmación oficial y estadística, reaviva el gran proyecto que el destacado líder político loretano anunciara en nuestras páginas: la construcción del vital ferrocarril Iquitos- Yurimaguas. Los peruanos tienen que entender algunas cosas puntuales: Loreto es la región, geográficamente hablando, más grande del país, poblada de bosques maravillosos que encierran tesoros ecológicos de importancia mundial; es, también, el territorio del río más famoso del mundo, el Amazonas que, lamentablemente, aún no inspira a los peruanos a admirarlo, amarlo y desear conocerlo, cuando otros países morirían por poseer unos cuantos kilómetros de su curso; y su capital, Iquitos, es un puerto estratégico, histórico, desarrollado, con aeropuerto internacional pero, por desgracia, desconectado del resto del país por vía terrestre.Ese “ferrocarril amazónico de Iván” no sólo anula el aislamiento de Iquitos. Conecta, además, a la capital loretana con una de sus provincias más importantes, bien llamada la “Perla del Huallaga”: Yurimaguas.MAS AQUI

Histórico rescate de mineros chilenos De vuelta a la vidaUna sala de la Corte Superior de Justicia de Lima ha herido de muerte la normatividad del Organismo Supervisor de las Contrataciones del Estado (OSCE), el Decreto Legislativo Nº 1017 y su reglamento, que dispone un procedimiento expreso y específico para resolver -en vía administrativa- las reclamaciones de los postores a través de los tribunales de OSCE. MAS AQUI


La comida al poder La feria gastronómica MISTURA 2010 convirtió el centro de Lima en una locura culinaria, al Perú en un referente iberoamericano de la buena mesa y al Presidente de la República en un gourmet parlanchín cuya generosidad abdominal fue una demostración contundente de que atravesamos épocas de vacas gordas (diametralmente opuestas a aquellos años ochenta de su primer anoréxico gobierno). Esa semana de Mistura dejó como saldo, además, dos hechos irrefutables: que la gastronomía en el Perú es un arte que ha adquirido niveles impensados de resonancia, de interés colectivo, de propuesta académica, de etiqueta social y de un patrioterismo siempre a flor en países con historias republicanas tan depresivas como la peruana; y que hoy en día existe en el empresario culinario local una saludable preocupación por ir más allá del negocio contante y sonante.MAS AQUI


Histórico rescate de mineros chilenos De vuelta a la vidaDe la noche a la mañana, los 33 valerosos mineros chilenos ya se encuentran en tierra firme y algunos de ellos en sus casas, gozando de la compañía de sus familiares. Al ser dados de alta, han solicitado que sus nombres queden de incógnito, para evitar el asedio de la prensa. Pero eso es imposible. Todo Chile y el mundo desean conocer pormenores de los 69 días de encierro que se vivió en las entrañas mineras del país del sur. MAS AQUI


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La poética modernidad de Chile

Chile es una de las naciones de Iberoamérica que más ha potenciado su turismo gracias a la variedad de sus paisajes,             que van desde los desiertos más áridos como el de Atacama hasta los hielos más fuertes como los de su Patagonia sureña. Además, en los últimos treinta años, su capital Santiago se transformó en una urbe de vanguardia arquitectónica, expansiva, sólida, que sigue extendiéndose al pie de sus cordilleras y que, a pesar del desastre del terremoto del trágico 27 de febrero de 2010, no ha perjudicado su imagen de capital turística sumamente atractiva para el visitante.
Santiago de Chile es una ensalada de imágenes que cada viajero, de acuerdo a su percepción o sensibilidad, desmenuza y graba en la memoria. Santiago es, por ejemplo, caminar por su Parque Forestal y llegar hasta su señorial museo de Bellas Artes. O admirar las fachadas francesas de la calle Dieciocho, que todavía resisten al tiempo y las polillas. Es devorar un pan marraqueta recién salido del horno o una cazuela de ave que te calienta el cuerpo en los helados inviernos de agosto. Y conversar con la muchacha de cabellos rubios del café Ikabarú, allí en Amunátegui o en Huérfanos, las antiguas calles chilenas repletas de leyendas.
Hace años, cuando el negro Miguel Piñera (hermano del actual Presidente) pololeaba con la Carlita Ochoa, todos los turistas se iban de “carrete” (de fiesta) por la calle Suecia o algunos acababan en un par de cabarets de la Portada de Vitacura, que ya la derrumbaron porque Santiago es así: crece en cemento y en concreto. Los alrededores de Barrio Suecia o de otra comuna interesante para la noche como es Bellavista, siguen ofreciendo alternativas de rock, cerveza y diversión. Además, hay que darse una obligatoria vuelta por la zona de artesanía, Pueblito Los Dominicos, unos maestros en obras de piedra, madera, plata, vidrio o lapizlázuli. Insuperables.
Para el turista peruano son atractivos los dos cerros chilenos, el Santa lucía y el San Cristóbal, por su paisaje tan especial y su contacto con el cielo y la naturaleza verde del Mapocho. Santa Lucía incluye castillo y escaleras de piedra y un cañón que dispara salvas para dar la hora. San Cristóbal ofrece estupendos jardines y un zoológico que hasta posee tigres blancos, lamentablemente enjaulados y que requerirían felinarios enormes. El San  Cristóbal es un cerro realmente espectacular, un monstruo verde en medio de tan moderna urbe.
Pero si sus cerros son impresionantes, Santiago sí es humilde en sus templos y en sus pocas casonas coloniales, como la Casa Colorada o Museo de Santiago. Los templos chilenos carecen de la prestancia y el boato de los de Lima, México o Quito. Igual la casa colorada chilena, comparada con la de Torre Tagle limeña, es un edificio básico. De todas maneras, Santiago todavía recuerda en sus libros lo que fue la Capitanía de Chile, una villa alegre que, en el siglo XIX, levantó un palacio sensacional gracias a la minería (el magnífico Palacio Cousiño, aún en pie) y que, tras la guerra del Pacífico, se embelleció considerablemente como ciudad.
La capital chilena está a una hora y media del mar, del hermoso océano Pacífico que baña Valparaíso y Viña. No hay otro puerto en el mundo como Valparaíso, dada la expresiva personalidad de este bosque de cerros habitados y atalayas marinas, de callejuelas con tradición y un paisaje siempre dado a la nostalgia. Si no lo mató el cataclismo de 1906, entonces Valparaíso ya no muere nunca. Sabe a sangres dispersas de sus muchos migrantes europeos que se quedaron fascinados con su osamenta y anclaron en Chile, hechizados con ese magnetismo porteño que otras regiones chilenas no poseen. No es joya del Pacífico, es todo el cofre entero, Valparaíso de mi amor, como dice su himno.
Bien conectado en rutas terrestres y aéreas (Lan Chile le da al turista la ocasión de salir de Santiago en vuelos hasta el lejano norte chileno de San Pedro de Atacama, hasta el extremo sur de Puerto Varas o bien a la extraordinaria isla de Pascua) Chile siempre será una sorpresa. A veces gris, con gentes un poco adustas. Otras veces, con ritmo y pulso permanente. Como decía el poeta Jorge Teillier: “Todo pueblo tiene un ritmo, y el ritmo de Lautaro, mi pueblo natal, es el que le da el río y los trenes”. Eso es Chile. Río, trenes, aviones, historia, cueca. Y Valparaíso. 

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