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EL PERÚ, SUS GOBERNANTES Y NOSOTROS
Posted by ASIDECLARO on 15:01 // 0 comments
En el Perú cada día se desprestigian más las instituciones de gobierno, la opinión pública motivada e influenciada por los medios de comunicación está instalando en el subconsciente una afrenta total hacia cualquier entidad del Estado. Esto se torna cada vez más peligroso si a ello le sumamos la ineficiente labor que los funcionarios desarrollan en los cargos que les toca ejercer, lo que podría llevarnos en el corto plazo a una explosión y exteriorización masiva de la impotencia y frustración que día a día se acumula en el interior de los peruanos de a pie manifestándose en una revuelta incontrolable de reclamos y marchas cada vez más organizadas con enfrentamientos de grueso calibre y lamentables consecuencias en las principales calles y ciudades del país.
Desde mi modesta opinión considero que el grave problema de institucionalidad de los gobiernos de turno radica indiscutiblemente en las personas que lo representan, la formación técnica y profesional no prevalece frente a la grave crisis de valores y principios existente en el país: la corrupción, el abuso de poder, la discriminación y el egoísmo se han convertido en las cuatro patas de la mesa que sostiene con las justas a los gobiernos de turno.
Desde que conocemos la estructura del Estado en edad escolar consideramos a los poderes ejecutivo, legislativo y judicial como los responsables de la realidad del país, siempre exigimos a nuestros “dignos” parlamentarios que realicen mejor su trabajo, siempre exigimos al Presidente de la República que no cometa más errores y cumpla sus promesas y continuamos sentados esperando que el Ejecutivo toque nuestra puerta y se presente con una varita mágica para solucionar nuestras necesidades básicas y elementales, además, si en algún momento somos víctimas de una injusticia rogamos a todos los santos que el Poder Judicial sea mínimamente sensato en la administración de justicia, al punto de considerar un milagro si resuelve un caso en el más breve plazo.
Los medios de comunicación juegan un partido aparte, se han convertido en los críticos de la realidad nacional más sarcásticos, pesimistas e incluso bufonescos. Al parecer, el estrés que experimentan los periodistas como consecuencia de sus bajos salarios, su poca experiencia, sus frustraciones y su subconsciente entrenado para avasallar a todo representante del gobierno, se libera mediante la opinión disfrazada de noticia, desde muy temprano los medios radiales, televisivos e impresos se encargan de rellenar nuestras mentes con noticias “negativas”, a ello, tenemos que sumar las opiniones de los expertos en sustentar todo lo contrario a lo sucedido el día anterior, singular oficio que lo único que transmite es un mensaje permanente que recalca que los peruanos hacemos las cosas al revés y caminando hacia atrás como los cangrejos.
Por supuesto que no dejaré de mencionar a los protagonistas de estas noticias, singulares personajes que día a día se esfuerzan, de manera voluntaria o involuntaria, por ser más populares, algunos pocos por sus obras de bien y muchos otros por las estupideces de sus actos y sus palabras.
La gran mayoría de los peruanos estamos acorralados por el sistema, el Estado “democrático” no nos toma en cuenta, si tenemos trabajo no estamos satisfechos porque sentimos que damos más de lo que recibimos a cambio, nuestras familias no son felices porque respiran aires de mediocridad como consecuencia del sistema, nosotros mismos llevamos una frustración intensa y quizá crónica en el pecho, la que nos inmoviliza y poco a poco se encarga de desterrar las esperanzas de alcanzar un futuro mejor; la seguridad, la salud, la educación, los servicios básicos, la alimentación y las comunicaciones se han convertido en el privilegio de pocos que más tienen y en la necesidad de muchos que poco tienen, pero que son la mayoría.
A los peruanos sólo nos queda dos caminos: el primero es hacer lo imposible por soportar el sistema y sobrevivir lo más que podamos, porque simplemente nos tocó vivir ésta miserable vida.
El segundo camino es hacer todo lo contrario, si desde pequeños nos acostumbraron a esperar que los demás hicieran todo por nosotros, entonces -y para no tomar el primer camino- seamos cada uno de nosotros los que hagamos algo por nosotros mismos y en beneficio de los demás, dejemos de ser eternos críticos y pasemos a convertirnos en el ejemplo de ciudadanos que necesita nuestro país. Si el Presidente y los políticos no cumplen sus promesas, no importa, nosotros si debemos cumplir nuestros compromisos y de esta manera ser totalmente confiables; si PPK no cree en el éxito de las empresas públicas porque son administradas por peruanos, por lo tanto, necesitan de los extranjeros para ser eficientes, -aunque Alejandro Narváez, ex presidente de Petroperú demostró lo contrario al registrar un récord histórico de utilidades como consta en la memoria anual del 2004 conocido como el libro rojo de esta empresa- no importa, en nuestro trabajo demostremos que los peruanos somos tan capaces como cualquier otro extranjero; si se afirma que nuestros deportistas y representantes peruanos no son competitivos, -aunque el Cienciano fue campeón sudamericano, Sofía Mulanovic campeona mundial de tabla, María Julia Mantilla coronada como miss mundo, Kina Malpartida campeona actual de boxeo en su categoría- no importa, trabajemos con perseverancia y disciplina en nuestro oficio, trabajo o deporte y alcanzaremos nuestros merecidos reconocimientos; si la justicia es un privilegio de unos pocos, no importa, que nuestros actos promuevan la equidad y la solidaridad, de esta manera sentiremos la verdadera justicia en nuestros corazones.
Generalmente nuestro actuar pasará desapercibido entre la gente, no importa, nuestros sentimientos y satisfacciones son individuales, nadie comprenderá lo bien que nos sentimos cuando ayudamos al ciego a cruzar la calle, cuando partimos nuestro pan y lo compartimos con el mendigo, cuando motivamos a nuestro amigo a no rendirse después de un fracaso, cuando enseñamos a nuestros hijos que el futuro del Perú no está en manos de los políticos y gobernantes de turno sino en la mente y actos de cada uno de nosotros.
Tenemos que aprender a ver más allá de lo que a diario nos cuentan los medios de comunicación, a fin de cuentas, si no queremos llenarnos de “malas noticias” busquemos medios alternativos en el cable o en la Internet, será mejor ser selectivos con el tipo de información que registran nuestros sentidos para lograr una verdadera paz social y un futuro mejor para el Perú.
Por: Lic. Julio C. Navarro F.
Periodista
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